Para qué sirve el tornillo de banco

Todos los profesionales saben bien para qué sirve el tornillo de banco, pues su trabajo se complicaría sin este útil que parece tan primitivo, y es que lo cierto es que ha cambiado poco desde hace siglos.

Pese a todas las herramientas que han ido saliendo, la verdad es que no hay mejor instrumento que un tornillo de banco a la hora de realizar trabajos de carpintería o metalurgia.

Qué es un tornillo de banco

La definición de un tornillo de banco no es complicada, ya que simplemente es una herramienta o un dispositivo que usan los profesionales para inmovilizar un objeto con el fin de trabajar sobre él.

De esta manera, el tornillo fija piezas en las que se va a serrar, taladrar, lijar, liberando las manos del trabajador, que no se tiene que preocupar de sujetar los materiales que va a manipular.

Hay varios tipos, pero el más común es el horizontal, como el tornillo de banco forjado horizontal o el tornillo de banco Super-Ego de sujeción vertical y que facilita trabajar con otras piezas que se sujetan mejor así.

Cuáles son sus características

Para que funcione necesitamos un banco fuerte sobre el que se fija el tornillo de banco, con unos tornillos que deben ser grandes para soportar la fuerza a la que lo vamos a someter.

Tiene dos mordazas, una fija y otra móvil, que desplazamos girando un vástago, convirtiendo el movimiento circular en lineal, y consiguiendo sujetar las piezas gracias a la mordaza que se mueve.

También existen tornillos móviles, de pequeño tamaño y que se pueden acoplar a cualquier superficie, aunque son peores que los fijos, ya que a veces se mueven si los forzamos un poco.

En cuanto a los materiales, los tenemos hechos en fundición y en acero forjado. Los primeros son más económicos, pero los podemos partir si ejercemos mucha fuerza, mientras que los segundos son los que se usan en el ámbito profesional por su dureza.

Para qué sirve un tornillo de banco y cómo se usa

Dentro de un taller sus usos son infinitos, pues siempre vamos a echar mano a él cuando queramos trabajar con piezas que no podemos sujetar.

Por ejemplo, vienen muy bien si necesitamos limar con la radial, ya que al ser metálico las chispas no le afectan y vamos a poder emplear la máquina con total seguridad, sujetándola con las dos manos y alejándola de nosotros.

Nos sirve para hacer taladros más precisos en los metales, pues vamos a tener ambas manos en la taladradora, y lo mismo ocurrirá a la hora de serrar o de marcar objetos para hacer una pequeña guía en la que apoyar la broca al empezar a taladrar.

¿Cómo lo utilizamos?

La simplicidad es uno de los secretos de su éxito, ya que solo hay que situar el material sobre el que vamos a trabajar y apretar el torno, de forma que la mordaza móvil se acerca a la fija hasta que la pieza queda aprisionada.

Conviene apretar con fuerza, algo que nos permitirá un tornillo de calidad, pero sin pasarnos si trabajamos sobre materiales blandos, puesto que los podríamos marcar.

Siempre se puede emplear un truco muy antiguo, que consiste en poner unas chapas de latón entre las mordazas, de forma que así podemos apretar todo lo necesario y no marcamos el objeto con el que vamos a trabajar.

Partes de un tornillo de banco

El tornillo de banco tiene muy pocas piezas, de manera que es casi imposible que se estropee y si lo hace el arreglo es muy sencillo.

Si empezamos por abajo nos topamos con la base, una parte que es por la que se ancla al banco, con el fin de que no se mueva.

Desplazándonos a la derecha damos con el eje y con la manivela, que es la que consigue que podamos mover el torno y sujete así las piezas a la hora de trabajar con él.

Subiendo un poco llegamos a la guía, a través de la cual se produce el movimiento y que siempre conviene tener bien engrasada.

En la parte de arriba están las dos mordazas, que son las que sujetan los objetos que ponemos en el torno, y las dos bocas, la fija y la móvil, que accionamos con la manivela y a través del eje.

No hay más partes de un tornillo de banco, algo que le ha permitido durar en el tiempo, pues comprando uno de calidad en nuestra tienda te aseguras de que te acompañará toda la vida sin necesidad de comprar otro.

Ya sabemos para qué sirve el tornillo de banco, cuáles son sus partes y alguno de los usos que tiene, aunque lo cierto es que una vez colocado en el taller será raro el día en el que no recurriremos a él una o varias veces.

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