Muchas veces se habla de una lijadora o pulidora como si fuesen sinónimos, incluso en el ámbito profesional, cuando lo cierto es que son máquinas con usos diferentes y un aspecto exterior distinto. Al igual que aquí explicamos las diferencias entre una lijadora orbital y una excéntrica, ahora hay que hacer lo mismo con las lijadoras y pulidoras, puesto que de esta forma los profesionales no se equivocarán al elegir una.
Diferencias entre una lijadora y una pulidora
Existen muchas diferencias entre la pulidora y la lijadora, ya que ni siquiera se utilizan en las mismas labores.
Trabajan en superficies diferentes
La lijadora arregla zonas ásperas y con muchas imperfecciones. Aquí se emplea a fondo hasta que las deja lisas. Por otro lado, las pulidoras no se usan con el fin de arreglar estas superficies. De hecho, la pulidora comienza a trabajar en áreas que ya están lisas, pues su labor es dar brillo y el acabado final para hacerlo más atractivo a la vista.
No eliminan el mismo material
Como es de esperar, una lijadora pulidora orbital como la Makita 5040c tiene muy poca capacidad a la hora de eliminar material, mientras que las lijadoras sí que quitan bastante. Dependiendo del grano que lleve la lija que le acoplamos, puede “comer” una enorme cantidad de capas.
Funcionan a velocidades distintas
Ambas máquinas funcionan a velocidades diferentes, pues hacen tareas que no tienen nada que ver la una con la otra. Una lijadora debe moverse a una velocidad muy alta, pues eso hace que pueda desbastar y dejar un acabado liso en poco tiempo. Por su parte, la pulidora va más despacio.
Hay que pensar que con el trabajo de alisado ya hecho, si la pulidora fuese a mucha velocidad, lo que haría sería quemar las superficies cargándose la estética.
La lijadora es una máquina más potente
Puesto que necesita más velocidad y eliminar material, la lijadora siempre lleva un motor más potente que la pulidora. Esta se conforma con unas especificaciones más modestas, pues la labor que hace es más suave, poco exigente.
Los tipos de trabajos a los que se enfrentan
Cuando sacamos la lijadora, lo normal es que se enfrente a faenas exigentes. Así, en la carpintería profesional debe dejar las maderas lisas y listas para barnizar, lo que es un trabajo fuerte si la madera es dura.
De este modo, la pulidora siempre hace tareas suaves, debido a que antes de que los profesionales las pongan a funcionar, una lijadora ya ha hecho el trabajo previo y la superficie se ha dejado lisa.
Cuándo elegir una pulidora o una lijadora
La elección va a depender de la actividad a realizar. De hecho, un profesional se da cuenta enseguida de qué máquina es la más adecuada solo viendo el material que tiene delante.
La pulidora para mejorar la estética
Hay superficies que ya están lisas y preparadas, pero no brillan. Aquí podemos hablar de la pintura de un coche en un taller tras hacer arreglos de chapa o incluso de objetos de metal que salen mates del proceso de fabricación. Con el fin de que su estética sea mejor, se emplea una pulidora, la cual lleva unos discos de pulido de diferentes granos a los que se aplican compuestos abrasivos que pueden ser más o menos agresivos.
Se empieza con los discos más gruesos, más bastos, y se va puliendo hasta que el material comienza a brillar, momento en el que se pasa a los discos finos como los de fieltro.
Con la lijadora arreglamos superficies en mal estado
Antes de pulir hay que dejar el material liso y libre de pintura, barniz, etc. Aquí entra la lijadora, que puede quitar estas pinturas, astillas o las pequeñas imperfecciones simplemente desgastando la capa superior. Dependiendo del tipo de labor a realizar podemos escoger una u otra lijadora. Por ejemplo, la orbital viene muy bien cuando hay que llevar a cabo tareas delicadas en las que no queremos dejar marcas.
Gracias a sus diferentes discos de lija con distinto grano, se pueden lijar muebles y todo tipo de superficies curvas sin apenas esfuerzo.
Por otro lado, si necesitamos un lijado intenso podemos escoger una lijadora de banda. El nombre le viene de la banda abrasiva que lleva y que gira muy deprisa. Las emplean mucho los carpinteros a la hora de desbastar madera, lijar pisos o hacer trabajos en superficies planas muy extensas. Eso sí, hay que tener cuidado con ella, pues nos podemos comer el material casi sin darnos cuenta en unos segundos.
¿Lijadora o pulidora? Esta pregunta se la hacen mucho algunos profesionales, pero lo cierto es que la respuesta es sencilla. La pulidora se usa al final, con el fin de dejar el trabajo con una mejor estética, mientras que la lijadora es la primera que sale de la caja de herramientas.
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