Las bombas de circulación tienen que ver con los sistemas de calefacción y están presentes tanto en los sistemas domésticos como en los industriales, en los que guardan aún más importancia debido a las dimensiones de las instalaciones.
Esta bomba de circulación no es un elemento complejo, pero lo cierto es que sin ella, calentar cualquier espacio sería más complicado, más caro y no se obtendría tanto confort.
Qué es una bomba de circulación
Los sistemas de agua caliente son circuitos cerrados en los que el agua nunca sale de los tubos, de manera que se extrae muy caliente de la caldera y al circular por las tuberías y los radiadores se va enfriando poco a poco.
Se trata de un problema, especialmente si el sistema es grande como pasa con las calderas industriales, puesto que el agua se enfría si la dejamos quieta y eso hace que la temperatura de los radiadores baje demasiado.
Para evitar esto, existe la bomba de recirculación de calefacción, cuya labor es mover el agua dependiendo de la temperatura de esta, con el fin de que nunca haya agua fría en ninguna parte del circuito.
La bomba se suele situar en la caldera, aunque esto depende del tamaño de la misma y del de la instalación, por lo que además de esta puede haber una, o incluso varias, si hablamos de calefacciones industriales con muchos metros de tuberías.
Funcionamiento de las bombas de circulación
Una bomba de recirculación de agua no trabaja sola, sino que para activarse cuenta con varias válvulas, entre las que destaca la termostática, la cual controla la temperatura del agua y a su vez permite que la válvula del sensor de la bomba se abra o se cierre.
Por norma general, la válvula del sensor se abre por debajo de 29 grados, que es cuando la del termostato “da la orden” y se activa la bomba recirculando el agua. Al llegar a los 35, la orden es la inversa, se cierra la válvula del sensor y se apaga la bomba hasta que la temperatura baja de nuevo.
Estos grados pueden ser distintos dependiendo de la caldera, de las bombas y de qué función tenga el agua caliente, pues a veces en la industria no solo se usa para la calefacción, sino que se emplea en otros procesos e incluso en la limpieza de las instalaciones.
Además, hay que tener en cuenta que este funcionamiento no siempre es continuo, sino que muchas bombas llevan un temporizador para que no se activen a determinadas horas, por ejemplo cuando no hay nadie trabajando y no tiene sentido que esté gastando energía.
¿Cómo se coloca y cómo debemos elegirla?
Estas bombas, cuando no van integradas dentro de la caldera, se ponen en la tubería del agua caliente, lo más cerca posible de la caldera y justo en la salida del agua caliente si se puede.
Hay que alimentarla, y por eso debe tener corriente eléctrica, a la vez que va conectada a la de la caldera. Con eso conseguimos un sistema muy sencillo, ya que cuando la bomba de la caldera se ponga en marcha la de recirculación hará lo mismo.
Dependiendo del tamaño de la instalación, es muy posible que necesitemos varias bombas, lo que ocurre cuando está dividida en zonas. Esto es muy común en las industrias, en donde no todos los puntos deben tener temperaturas idénticas.
En cuanto a la dimensión, tiene que ser la adecuada dependiendo del sistema al que se va a acoplar. Si es muy pequeña, estaremos por debajo de la presión recomendada y no podrá mover bien el agua.
Por el contrario, si nos pasamos con la potencia, la presión subirá demasiado y notaremos que las tuberías pierden agua, llegando a romperse o a reventar si está muy sobredimensionada.
Hay dos tipos de bombas de recirculación
Dentro de la industria, se emplean dos tipos de bombas de recirculación, la de rotor húmedo y la de rotor seco, se elegirá una u otra dependiendo del trabajo que vayan a hacer.
La primera tiene el rotor dentro de la bomba y en ocasiones es la propia bomba la que está en el agua. Se deben situar siempre con el eje en horizontal y tienen la ventaja de que no necesitan refrigeración, ya que la propia agua las enfría.
Si no es posible colocar la bomba de esta manera, se puede recurrir a una de rotor seco, que en este caso está separado de la bomba físicamente, lo que significa que hay que colocar ventiladores para que se refrigere.
Las bombas de circulación son imprescindibles en los sistemas de calefacción, tanto en la doméstica como en la industrial. Sea del tipo que sea, hace que el agua vuelva a la caldera cuando se enfría, volviéndose a calentar, así que nunca hay agua fría en el circuito y la temperatura se mantiene a niveles adecuados.
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