La taladrina en la industria: composición, funciones y tipos

En los talleres profesionales que trabajan con metales, la taladrina tiene un papel esencial, ya que es imprescindible en las operaciones de taladrado, fresado o torneado. Existen diferentes tipos de taladrinas, y en nuestra tienda contamos con varias. Gracias a este fluido, las herramientas tienen una mayor vida útil y el acabado de las piezas es mejor.

Qué es la taladrina

Aquellos que poseen un taller en el que se manejan metales saben muy bien qué es la taladrina. En concreto, es un fluido que siempre está presente en el mecanizado y con el cual se lubrican las herramientas a la vez que se enfrían.  Las operaciones de corte generan fricción y eso se traduce en calor.

Con la taladrina ese exceso de calor se disipa. Sin ella, se darían temperaturas demasiado altas, tanto que el material y la herramienta de corte se estropearían.

Qué funciones tienen las taladrinas en la industria

Si preguntamos qué es una taladrina en la industria, aquellos que la usan nos podrán nombrar varias funciones de este fluido.

Refrigeración

Es una de sus funciones más importantes. Conforme avanza la herramienta de corte se genera calor debido a la fricción. Si no se usa taladrina, el material que se trabaja se puede expandir hasta deformarse.

Además, las altas temperaturas rompen las herramientas de corte. Sin la participación de los diferentes tipos de taladrinas, estas herramientas se deberían cambiar con demasiada frecuencia.

Lubricación

Otra de las tareas de la taladrina es la lubricación. Crean una capa muy fina entre la herramienta y la pieza que se trabaja, lo que reduce la fricción. Así, las herramientas se desgastan menos, se mejora el acabado de las piezas y se hace más sencillo cortar materiales duros.

Eliminación de virutas

Cuando se mecaniza es imposible no generar virutas. Estas son pequeños trozos del material que se corta y que pueden obstruir la herramienta o incluso dañar la pieza que se está fabricando.

Mediante la taladrina se ayuda a arrastrar las virutas en la zona de corte, evitando así que las herramientas se obstruyan.

Protección contra la corrosión

En muchas taladrinas se añaden aditivos que previenen la corrosión, tanto de las herramientas como de los materiales que se mecanizan. Esto es imprescindible si se mecanizan materiales tendentes a la oxidación, o cuando se trabaja en entornos muy húmedos.

De qué está compuesta la taladrina

Su composición depende del tipo de taladrina, ya que en el mercado las hay de diferentes clases. Por norma general, la base de cualquier taladrina es el aceite: puede ser mineral o sintético y es el que hace que este fluido tenga propiedades lubricantes.

Los emulsionantes son otro de los componentes de algunas taladrinas. Estos consiguen que el agua y el aceite se mezclen, creando así una emulsión estable que protege tanto las máquinas como las piezas que se están trabajando en ese momento.

También suelen llevar aditivos contra la corrosión. Así, los metales quedan protegidos de esos ambientes industriales en donde hay mucha humedad o unas condiciones ambientales muy agresivas. Con el fin de que la taladrina no huela mal o se descomponga, al contaminarse por bacterias u hongos, se le ponen biocidas que previenen la aparición de estos organismos.

Tipos de taladrinas 

Existen varios tipos de taladrinas, pero las más conocidas en los talleres son la taladrina blanca y la taladrina verde (ambas se pueden comprar en nuestra tienda).

Taladrina blanca

A esta taladrina se la conoce, en los ambientes profesionales, como taladrina emulsionable. Cuando se mezcla con el agua produce una emulsión lechosa (por eso se llama taladrina blanca), que lubrica a la vez que refrigera.

Tiene una gran capacidad a la hora de disipar el calor, de manera que se emplea con materiales como el aluminio, el acero o el latón. Es muy versátil, lo que la hace muy popular en los talleres.

Una de sus principales desventajas es que al llevar agua es susceptible de ser contaminada, lo que reduce su vida útil. Esto lo solucionan los fabricantes con los biocidas, un aditivo imprescindible en este caso.

Taladrina verde

Otro de sus nombres es taladrina sintética. No lleva aceite mineral, sino polímeros sintéticos que se disuelven en el agua. Lubrica y refrigera, pero sin emulsionarse y dando lugar a un líquido transparente y limpio.

Esta es la indicada en aquellas aplicaciones en las que se necesita refrigeración, pero no tanta lubricación. Así, es muy útil con materiales duros que generan calor del tipo del titanio o el acero inoxidable. Es más estable ante la contaminación que la taladrina blanca, y al no tener aceite es mucho más fácil de limpiar.

Posee dos desventajas, como son su menor capacidad de lubricación y un precio algo mayor al de la taladrina blanca. Así, el coste puede ser un factor clave en los talleres más grandes.

Gracias a la taladrina, las operaciones de mecanizado en los talleres son más sencillas. Enfrían y lubrican tanto las piezas como las máquinas, ayudando a obtener un mejor resultado y a que las herramientas de corte duren más tiempo.