Las muelas abrasivas de esmeril son herramientas que se emplean en muchos talleres y sectores industriales con varios fines, como desgastar materiales, afilar hojas de cuchillos, tijeras, etc. Hay muchos tipos de muelas y presentaciones, como se puede ver en nuestra tienda, en donde vendemos muelas de pequeño tamaño que se acoplan a máquinas de la clase de las famosas Dremel 3000.
Qué es una muela abrasiva
La muela abrasiva es una herramienta giratoria que podemos ver en muchos tipos de industrias. Se encarga de hacer labores como el pulido, el desbaste o el rectificado de materiales. Esto lo consigue gracias a que está compuesta por partículas abrasivas. Las muelas hacen que la superficie del material que vamos a trabajar se desgaste, pero siempre de manera controlada. Así, podemos eliminar el material no deseado o dar la forma y el acabado que necesitamos en cada pieza.
En nuestra tienda tenemos muelas de diversos materiales, que presentan diversas durezas y propiedades. Por lo tanto, las muelas abrasivas son elementos muy versátiles con muchas aplicaciones.
Tipos de muelas abrasivas y su uso
Existen varias clases de muelas abrasivas, de manera que podemos decantarnos por aquellas que vayan mejor con el trabajo que vamos a realizar.
Muelas de óxido de aluminio
Una de las más comunes por todo lo que pueden hacer. Se componen de partículas abrasivas de óxido de aluminio, por lo que son adecuadas tanto en tareas de desbaste de material en bruto como para pulir superficies metálicas. A su vez, si buscamos muelas abrasivas para afilado como las de la esmeriladora de banco Yaim, las de óxido de aluminio son las más adecuadas en este trabajo.
Muelas de carburo de silicio
Resisten muy bien el calor y retienen su capacidad de abrasión más tiempo que otras muelas. Por eso, se emplean cuando hay que trabajar con materiales más duros y frágiles. Las podemos ver rectificando y conformando acero inoxidable, titanio o compuestos cerámicos, y también son muy útiles en los trabajos que requieren de una gran precisión.
Muelas de diamante
Son las más duras que vamos a encontrar y por eso son las mejores en el rectificado de alta precisión. Gracias a las partículas de diamante, pueden hacer tareas en materiales con una dureza enorme. Estas serían las indicadas para el vidrio, la piedra y el carburo de tungsteno. Por sus propiedades, son las más indicadas en la industria de la joyería y de la óptica.
Muelas de boro cúbico
Podemos verlas en el rectificado de acero endurecido y otros materiales ferrosos. Además, también tienen varias aplicaciones cuando hay que hacer trabajos de precisión y a velocidades muy altas. Aguantan muy bien el calor, por lo que no presentan problemas con las velocidades altas bregando con compuestos tan duros.
Muelas superabrasivas
Se trata de unas muelas abrasivas muy especiales, entre las que se incluyen las de diamante y las de boro cúbico. Su uso se restringe a tareas de alta precisión, como los trabajos con materiales médicos y los componentes aeroespaciales.
Cuando hay compuestos muy duros y difíciles de mecanizar, estas muelas entran en acción, pues son las únicas que sirven para ello.
Cómo funciona una muela abrasiva
Estas muelas abrasivas se usan mucho debido a que su funcionamiento no puede ser más sencillo. La muela gira a alta velocidad y entra en contacto con el material que queremos trabajar. En ese momento, las partículas abrasivas que hay en la superficie de la muela comienzan a hacer su tarea, desgastando la pieza con cada vuelta que dan.
Como resultado, el material que se trabaja termina con una superficie mucho más suave y con la forma requerida.
Se suele necesitar refrigeración
Cuando la muela “choca” con el material que va a desbastar y se pone a girar, se genera calor. Esto es un problema, ya que las temperaturas demasiado altas dañan la muela e impiden que el mecanizado sea de calidad.
Por eso, no es raro ver cómo hay un líquido refrigerante durante el proceso, enfriando a la vez la muela y la pieza que se está trabajando.
Siempre es un proceso controlado
Los profesionales no emplean las muelas sin control, sino que siempre pueden escoger los parámetros con los que van a trabajar. Así, pueden cambiar la velocidad de giro, la presión que ejercen y el tiempo de contacto.
Esto es posible gracias a que las muelas se montan en herramientas giratorias, como una amoladora angular o una rectificadora. Con ellas, el trabajador solo tiene que poner los parámetros en la máquina, que es la que se encarga de todo.
Las muelas abrasivas tienen una enorme cantidad de usos. Uno de los más comunes es afilar piezas como cuchillos o tijeras, pero también las podemos ver desbastando cerámica o incluso creando piezas ópticas, para la industria médica o para la aeroespacial, gracias a los diversos tipos de muelas y a su precisión.
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