Cinta Americana: Origen y Cualidades

Desde el bricolaje o las reparaciones hasta las aplicaciones más inusuales, la cinta adhesiva es uno de los productos más versátiles que se pueden encontrar en el mundo de la ferretería industrial. Desde su invención en 1942, al final de la Segunda Guerra Mundial, esta cinta multiusos se ha convertido en un elemento esencial en toda caja de herramientas.

¿Quiere saber más sobre los orígenes de la cinta americana? ¿Sabes por qué lo conocemos con este término? ¿Cuál es el secreto de su increíble resistencia? Siga leyendo y descubra su fascinante historia.

¿Cuál es el secreto de su resistencia?

Basándose en la idea de Vesda Stoudt, la división Permacel de la compañía Johnson & Johnson recibió el encargo de desarrollar este producto para proteger la munición de la humedad que llegaba al frente en 1942. Como era resistente al agua, los soldados estadounidenses la apodaron «Duck Tape», que puede traducirse como «cinta de pato». Las múltiples aplicaciones de la cinta pronto se hicieron evidentes durante la guerra, ya que se convirtió en un remedio improvisado para reparar armas, aviones, todo tipo de equipos militares e incluso vendajes de emergencia.

¿Cuál es el secreto de su fuerza? La cinta americana se compone de tres capas: una capa superior de polietileno, con propiedades hidrofóbicas; una capa inferior adhesiva; y una capa intermedia con una malla de fibras cruzadas, originalmente de hilo de algodón, aunque hoy en día también se suelen utilizar fibras sintéticas. Esta capa intermedia de refuerzo confiere a la cinta adhesiva una excelente resistencia a la tracción y a la presión, lo que la convierte en un material prácticamente irrompible, aunque es muy fácil de cortar a mano.

Invento de mujer

Como muchos otros inventos, los orígenes de la cinta adhesiva están vinculados a la industria bélica. La idea original de la cinta adhesiva se atribuye a la estadounidense Vesta Stoudt, que trabajaba en la División de Artillería de Green River, en Dixon (Illinois), durante la Segunda Guerra Mundial. Stoudt se dio cuenta de que estas cajas eran difíciles de abrir para los soldados, lo que suponía una pérdida de tiempo valiosa, que en el frente podía significar la diferencia entre la vida y la muerte.

Para resolver este problema, Stoudt sugirió sellar las cajas con una cinta impermeable que fuera fuerte pero fácil de romper con la mano. Sin embargo, sus superiores no consideraron su propuesta digna de consideración, pero Stoudt no estaba dispuesto a rendirse. Haciendo gala de una increíble perseverancia, decidió escribir directamente al presidente Roosevelt, quien reconoció el valor de su idea y ordenó a la Johnson & Johnson Company que la produjera.

¿Por qué es plateada?

Si bien la cinta adhesiva era originalmente de color verde para el equipamiento militar, su expansión al uso civil dio lugar a la clásica cinta gris o plateada que todos conocemos. ¿A qué se debe este cambio de color? Durante la década de 1950, los sistemas de aire acondicionado y calefacción central empezaron a incluirse a gran escala en las viviendas estadounidenses de nueva construcción. La cinta adhesiva era un producto muy popular entre los instaladores para arreglar estos conductos o realizar reparaciones. Así, este producto pasó a llamarse también «cinta adhesiva» y su color pasó de verde a gris plateado para asemejarse al color de estos conductos de aire acondicionado.

Más adelante, esta cinta adhesiva amplió su paleta de colores con la aparición de cintas adhesivas negras, blancas o transparentes, que son ideales para las reparaciones de interiores porque son casi invisibles. Hoy en día, también podemos encontrar esta cinta adhesiva en muchos otros colores, lo que la hace muy útil para tareas de codificación en la industria de la logística y el embalaje, por ejemplo.

¿Por qué llamamos a esta cinta «cinta americana»?

La etimología del término «cinta adhesiva» es también una historia curiosa, que tiene su origen en el desarrollo de la industria nuclear en España a partir de los años 80. Durante este periodo, se inició el montaje del condensador y las tuberías del reactor en la planta de Cofrentes (Valencia), con tecnología procedente de Estados Unidos. Al parecer, los técnicos estadounidenses que participaron en su instalación requerían un tipo específico de esta cinta, conocida como Nashua 357, la única que estaba aprobada para su uso en las centrales nucleares de la época. Sin embargo, este producto, tan popular en América, era totalmente desconocido en el mercado español, por lo que había que importarlo.